Poeta azerbaijanés. Como poeta, renunció muy pronto a la vena estrictamente lírica, en favor de una inspiración satírica. Pasó así a criticar en sus obras el fanatismo religioso, el odio entre los pueblos y el orden patriarcal, por lo que se le considera el padre de la poesía democrática de Azerbaiján. Su obra más conocida es Hophop-namè (El libro de la abuvilla, 1912)
Nació en el año 1888 en Cajabamba, ciudad de provincia en el departamento de Cajamarca (Perú) a 2,700 metros de altura, con abundantes arroyos, juguetones riachuelos y caudaloso río en el cercano valle de clima tropical. Sólo la etapa de su infancia transcurrió en esta Arcadia andina en el encuentro de dos siglos: fines del siglo XIX y alborada del XX.
A los doce años conoció el mar; una beca lo llevó a un colegio trujillano pero a los pocos meses fugó del internado y en cinco días de marcha a pie volvió a Cajabamba. A los dieciséis años salió para el correr mundo. En el valle de Chicama maduro la ilusión de viajar a Europa. En Roma inició sus estudios para pintor con apasionada voluntad, como vengando sus años de adolescencia. Su permanencia en esa ciudad, sumergido en su poderoso ambiente de arte y luchando por el estudio y por el sustento, fue etapa intensa, inquietante y básica en su formación estética.
En Italia viajó por sus bellas ciudades y pueblos. Viajó por Francia y por las costas africanas, Argelia y Marruecos. Entró a España y recorrió la península con la rara sensación de ser o no ser así como hijo pródigo de la bravía tierra española. Volvió a Buenos Aires con fines de retorno a Europa, pero la belleza inédita de los Andes americanos tuvo en él fuerte atracción y planeó viajar a Cusco. Realizó un viaje inolvidable por la magia arcaica que la ruta del Altiplano, el Titicaca y el sagrado río Vilcamayo operaron en su sensibilidad.
En Cusco se detuvo seis meses sólo dedicado a pintar tratando de interpretar su carácter, su bella luz plateada y sus dorados "soles de los gentiles". Esta tierra cusqueña tuvo fuerte embrujo en el desarrollo de su posterior obra en el Perú. De Cusco se dirigió a Lima por la ruta del ferrocarril y el mar.
De regreso en 1943 reanudó sus funciones de Director de la Escuela Nacional de Bellas Artes, pero en Julio del mismo año urgido por sus inquietudes de pintar optó por sus propias tareas. En 1946 aceptó el simpático requerimiento del Museo de la Cultura Peruana para formar el Instituto de Arte Peruano. Los seis pintores "Indigenistas" que lo formaron, investigaron sobre Artes Peruanas de todos los tiempos y lograron fundar el Museo de las Artes Populares.
El 15 de diciembre de 1956, falleció José Sabogal luego de dos días de crisis. En su caballete quedó, sin terminar, el retrato de una amiga.